JUGAR ESTIMULA LA CREATIVIDAD Y LAS EMOCIONES
“Los niños aprenden mucho más jugando que estudiando, haciendo que mirando. El juego que hacen solos sin el control de los adultos es la forma cultural más alta que toca un niño. Los niños que han podido jugar bien y durante mucho tiempo serán adultos mejores” Francesco Tonucci
Creatividad y emociones
Explorar, imaginar, inventar, trepar, fabricar un castillo, construir fuertes, jugar en la playa, trineos en invierno, correr, bailar, escalar, todas estas actividades fomentan el desarrollo muscular y ayudan a perfeccionar las habilidades motoras. Los niños también desarrollan sus músculos mentales y emocionales a medida que crean mundos elaborados e imaginativos ricos en un sistema de reglas que rigen los términos del juego.
El juego ofrece un marco excelente para que los niños puedan crear y resolver problemas, para que puedan, en definitiva, ejercitar ese pensamiento creativo y resolutivo de circunstancias novedosas.
“Creemos que el juego nos ayuda a llegar a soluciones más creativas. Nos ayuda a hacer mejor nuestro trabajo y nos ayuda a sentirnos mejor cuando lo hacemos.”, Tim Brown, creatividad y juego
A diferencia de los juegos, el comportamiento de juego es más desorganizado donde el proceso es más importante que cualquier objetivo o el fin. El juego ofrece oportunidades de aprendizaje enriquecedoras y conduce al éxito y la autoestima de los niños.
Jugar todos los días
El juego tiene una enorme importancia en el proceso educativo si consideramos que éste debe estar orientado a favorecer el desarrollo cognitivo, afectivo y social de los niños.
Durante el curso escolar, en la rutina del día a día, y las tareas y las actividades extracurriculares compitiendo por la atención, puede ser fácil olvidarse del juego. Pero hay muchas razones importantes por las que debe asegurarse de que su hijo juegue todos los días.
El juego es una actividad espontánea y placentera
Entre las muchas ventajas de aprendizaje que puede tener el hecho de jugar, jugar es divertido y ayuda a nuestros hijos a desconectar y a relajarse de su día a día. Los niños aprenden a través del juego, pero igualmente importante, el juego les enseña a los niños cómo aprender.
1- Jugar desarrolla la habilidad del niño para concentrarse
El juego es emocionante y absorbente y resulta en una concentración profunda para el niño pequeño. Aprender a concentrarse surge del juego como un efecto secundario agradable. Los niños pequeños están diseñados para concentrarse en lo que interesa.
2- Jugar reduce el estrés
Jugar ayuda a tus hijos a crecer emocionalmente. Es alegre y proporciona una salida para la ansiedad y el estrés. Les distrae, les ayuda a desconectar del día a día. Pueden volar con su imaginación y fabricar mundos fantásticos.
El juego es vital para el desarrollo de un niño, dotándolo de las habilidades necesarias para afrontar su futuro: como la inteligencia emocional, la creatividad y la resolución de problemas. Ser un superhéroe es liderar; alojar un osito de peluche para el té es organizar; construir un fuerte es innovar: jugar es aprender.
Jugar es entrenarse para la vida
Mediante el juego, el niño ejercita y ponen en funcionamiento sus emociones, sus deseos. Construir la cama de tu muñeca, o la casa de tus peluches es tener empatía, capacidad para proteger y desarrollar habilidades emocionales, pero también desarrollan habilidades espaciales, procesos creativos que están conectados con capacidades matemáticas y habilidades para resolver problemas en etapas posteriores de su desarrollo.
3- Jugar es aprender
El juego es un medio para aprender sobre el mundo, uno mismo e interactuar con los demás. Es tan importante que las Naciones Unidas lo hayan enumerado como uno de los derechos básicos de todos los niños . Los niños aprenden a través de todos sus sentidos al saborear, tocar, ver, oír y oler mirando y copiando a las personas cercanas a ellos aprenden lenguaje y comportamiento jugando.
¿Por qué el juego es importante para los niños?
El juego, tanto no estructurado como basado en el aprendizaje, puede ser crucial para el desarrollo infantil
A medida que los niños juegan, fabrican sus mundos desde la imaginación, construyen esos mundos imaginativos con sistemas de reglas que rigen los aspectos del juego . Cuando juegan, los niños, desarrollan sus músculos mentales y emocionales. El juego es una actividad placentera, espontánea y voluntaria. Los niños al jugar combinan cuerpo, el objeto y las relaciones. El comportamiento en el juego, si bien es más desorganizado y el proceso es más importante que cualquier objetivo final.
Poco tiempo para jugar
El juego está reconocido como un derecho universal por UNICEF, y debe ser parte de la vida de todos los niños.
A pesar de ello, los factores culturales han influido considerablemente en los últimos años en el tiempo que los niños dedican a jugar . El niño debe jugar diariamente, por tanto necesita que los adultos les facilitemos esos tiempos , gestionando el tiempo de las extraescolares y el contacto con las nuevas tecnologías.
4-Jugar fomenta el desarrollo de imaginación y la creatividad
A lo largo del juego, los niños y niñas crean narrativas complejas relacionadas con los roles, imitan el mundo de los adultos. De alguna manera lo recrean y crean su propia fantasía y maneras de resolver los problemas. El aprendizaje a través del juego integra mejor todos los conocimientos.
El juego es un medio infinito para imaginar, inventar y abstraerse de lo cotidiano. Pueden experimentar emociones y situaciones a las que no tienen acceso en la vida real.
5- Jugar fomenta el crecimiento cognitivo
Expertos de diversos sectores, coinciden en que el juego es fundamental para el desarrollo del cerebro. constituye uno de los pilares fundamentales del desarrollo físico, social, cognitivo y emocional, y donde aprende aptitudes y competencias que le servirán a lo largo de toda su vida .
El juego libre tiene un impacto beneficioso en la confianza, la circuitos neuronales del cerebro.
. Mediante inteligencia y la comunicación. El juego libre afecta positivamente el desarrollo neurológico al influir en cómo se conectan los el juego el niño construye su propia identidad
6- Jugar mejora el comportamiento y la gestión emocional
A través del juego, los niños pueden enfrentar los desafíos de la vida de una manera que puedan entender y procesar. Jugar regularmente ayuda a reducir la ansiedad, el estrés y la irritabilidad de los niños . Al mismo tiempo la alegría y la autoestima. Mejora la flexibilidad emocional y la capacidad de recuperación, proporciona una mayor capacidad para gestionar el cambio.
Mediante el juego los niños aprenden a ser colaborativos, a desarrollar capacidades para negociar y resolver conflictos.
El juego ayuda a los niños a descubrir sus fortalezas: los niños se sienten atraídos por las actividades que pronto pueden aprender a hacer con éxito. Una vez que se domina un nivel, pasan al siguiente desafío. El juego le da al niño la libertad de experimentar y descubrir qué funciona bien para ellos, qué habilidades tienen y qué pueden hacer que sucedan.
7- El juego facilita la interacción grupal
Las habilidades aprendidas en el juego grupal pueden ayudar a formar la base de las habilidades sociales de un niño. Jugar en grupo es una experiencia donde los niños aprenden roles sociales y normas culturales. Es allí donde desarrollan las habilidades necesarias para jugar cooperativamente dentro de las estructuras grupales. También les da la oportunidad de aprender sobre el autocontrol, evaluar las relaciones y comprender el comportamiento aceptable del grupo. A través del juego el niños aprende a relacionarse con los que le rodean y descubre el mundo reglado.
Jugar fomenta la capacidad de concentración, la paciencia
Jugar ofrece a los niños el espacio ideal para el aprendizaje de habilidades sociales (paciencia, tolerancia, resiliencia)
8- El juego estimula la autonomía y una mayor independencia
El juego solitario puede ser tan valioso como el juego grupal.
Los niños que eligen jugar solos en un patio de juegos también pueden aprender señales sociales al observar otras interacciones grupales desde lejos.
9- Jugar promueve la buena forma física
Fomentar el juego activo puede tener efectos positivos de gran alcance en la salud. A los niños les encanta estar activos. El ejercicio ayuda a promover niños sanos y físicamente en forma. El juego fomenta esta actividad, brindando a los niños la oportunidad de afinar los reflejos, trabajar en el control del movimiento, mejorar las habilidades motoras gruesas y desarrollar un mayor equilibrio. También desarrollan músculos fuertes, mejoran la densidad ósea y aumentan la función cardiovascular. Sentirse ágiles les fortalece su autoestima.
10- El juego es mucho más de lo que parece
Jugar es simple y es complejo. Hay varios tipos de juegos, simbólicos, socio dramáticos, juegos con reglas, juegos funcionales, Estudios recientes insisten en la importancia del aprendizaje a través del juego. Y cómo los juegos al aire libre contribuyen positivamente con la salud de los niños en contra de los efectos de pasar tiempo jugando con pantallas.
11- El juego es el contexto de aprendizaje de los niños
Durante el juego, los niños practican y perfeccionan sus aprendizajes . El juego ofrece grandes oportunidades para aprender a ser y a sentir. Para probar diferentes roles en espacios diseñados y construidos por ellos. El juego les aporta el lugar y el tiempo para aprender, para vivenciar el éxito y reforzar su autoestima.
12- El juego no siempre se fundamenta en juguetes
Para jugar los niños son capaces de crear sus propios juguetes imaginarios. Cualquier objeto cotidiano puede convertirse en el mejor juguete. Para los niños, los juguetes son herramientas que sirven para estimular y desarrollar la imaginación.
Francesco Tonucci, no se cansa de repetir que” los niños necesitan menos juguetes y más libertad . Deben ser autónomos, jugar con amigos y, en lo posible, concurrir a la escuela solos, caminando. Así opina Francesco Tonucci, el prestigioso pedagogo, pensador italiano y promotor de la “Ciudad de los Niños”, un proyecto que apuesta a la transformación de las ciudades a través de los niños que las habitan.
13- Jugar ayuda a expresar las emociones
Mediante la creación de un personaje imaginario, trama o argumento para que coincida con su estado emocional.
La posibilidad de inventar una historia a medida de la realidad de cada niño, ayuda a compensar situaciones en las que pueden añadir actos prohibidos para simular el juego. Un niño puede, por ejemplo, comer galletas y helado para el desayuno en el juego, mientras que en realidad esto no estaría permitido. Un niño con miedo a la oscuridad, por ejemplo, podría eliminar la oscuridad o la noche del episodio de juego.
Jugar ayuda a imitar la realidad
Controlar la expresión emocional reproduciendo repetidamente experiencias desagradables o atemorizantes. Por ejemplo, un niño puede pretender tener un accidente después de ver un accidente de tráfico real en la carretera.
Evitar las consecuencias adversas al pretender que otro personaje, real o imaginario, comete actos inapropiados y sufre las consecuencias. Los niños cuya televisión se controla en casa, por ejemplo, pueden pretender permitir que la muñeca mire indiscriminadamente y luego reprender al «niño malo» por sus inaceptables hábitos de ver la televisión.
Además de expresar sentimientos, los niños también aprenden a lidiar con sus sentimientos mientras actúan enojados, tristes o preocupados en una situación que controlan (Erikson, 1963).
El juego de simulación les permite pensar en voz alta acerca de las experiencias cargadas de sentimientos agradables y desagradables. Un buen ejemplo es Alexander un niño de 4 años cuyo perro fue atropellado recientemente por un automóvil. En su juego dramático en el hospital de mascotas, su maestra lo escuchó decir a otro niño: «Estoy triste porque el auto lastimó a mi perro». Aquí estaba tratando de sobrellevar los sentimientos desagradables de una situación atemorizante. Jugar le permitió a Alexander expresar sus sentimientos para poder lidiar con su preocupación por su perro (Landreth & Homeyer, 1998).
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El niño necesita experimentar la vida para ser parte de la vida. Puedes ayudar a tu hijo a formar parte exponiéndole a la vida de cada día: nombra las cosas que tocáis, explícale lo que sucede a su alrededor, enséñale cómo funcionan las cosas y dale oportunidades para descubrir y aprender, para moverse y preguntar con plena libertad. Puedes comprarlo aquí
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